El Cono en su punto

La vida de doña Susana Santos podría ser fácilmente llevada al cine como guión de una película de sacrificios, egoísmos y coraje. El pequeño imperio que tiene ahora y cuyo buque insignia es el restaurante El arco iris del norte empezó a forjarse en 1994 cuando compraba ropa y la revendía a caseras y amigas.

 

Dos años después incursionó en la panadería junto a su esposo y poco tiempo después decidieron abrir un restaurante que en principio, fue más peña que comida. “Fueron tiempos de siembra. Trabajábamos todo el día y recién hace 3 años decidimos darle un vuelvo a la carta y convertimos el restaurante en una cebichería”, recuerda Susana.

 

Y sí, de la mano de Miguel Custodio (el chef del restaurante), Arco Iris del Norte ha sabido ganarse una fiel clientela en el cono norte de Lima, membrecía que viene creciendo gracias a su participación en ferias gastronómicas.

 

Es un crimen no pedir el cebiche de la casa, compuesto por cebiche de cojinova, tiradito con crema de rocoto y ají amarillo, almejas, conchas negras, chicharrón y pulpo al olivo. Otra de las delicias de este huarique de Comas es su espectacular sudado de tramboyo, un verdadero levanta muertos que tiene como ingrediente especial un secretito traído de Pisco que Susana, aún, no está dispuesta a compartir.  

¿Dónde? Av. Universitaria 5356, Comas.

 

Caldo de pichón, habas salteadas, cuyes gigantes, ñuña para reponer la fuerza, una pachamanca de tres sabores con trozos generosos y un lechoncito a la leña, son algunas de las exquisiteces que nos ofrece El Rancho Grande, restaurante emblemático del cono norte que desde hace 25 años viene derramando sabores en la carretera a Canta.

 

La máxima de este restaurante es complacer a los amantes de la comida típica, a los sibaritas que huyen de los pollos a la brasa y ají en sachet y de las pizzas de cadena. Es decir, su nicho es llenar la barriga y dejar el corazón contento de  los cazadores de la comida regional peruana.

 

Por eso que sus cuyes no llevan papa amarilla, sino auténticas papas coloradas y la cocción del roedor se toma su tiempo para lograr ese crocante y chactadito. Pero, sin duda, sus platos estrellas son el caldo y el tallarín con pichón de castilla. Sustanciosos a más no poder, con casi una paloma por plato y con una serie de guarniciones que los hacen insuperables. 

 

La oferta también incluye cecinas ahumadas de carne de caza con mote cusqueño, cancha huaracina, y yucas y chorizos ahumados con leña de eucalipto. Y si alguna vez abrió un local por Surquillo, eso es parte del pasado, su único lugar queda en el cono norte. ¡Servidos!

¿Dónde? Av. Trapiche Mz C Lt 39 Los Huertos de Tungasuca, Comas.

 

Para los melancólicos hijos de Áncash o para quienes se declaren devotos de la comida con aroma a eucalipto y textura crocantita, no hay mejor lugar en Lima que El Rinconcito Huaracino, un auténtico huarique que no acepta reservas de espacio, sino que atiende por orden de llegada y sin preferencias (ni los ancashinos la tienen). 

 

Nelio Ramos es el responsable de toda la oferta gastronómica en este nuevo corredor de comida serrana establecido en la avenida Trapiche desde hace ocho años, antes de llegar al aeródromo de Collique. Este ancashino de tercera generación ha incluido en la carta platos como el caldo de cabeza, el cuy apanado o en picante y uso jamones tan perfumados y sabrosos que no necesitan mayor presentación.

 

“Nos dedicamos íntegramente a difundir la comida de la región ancashina para todos los peruanos. Estamos orgullosos de nuestras truchas, cerdos, costillares, de nuestros caldos y cómo no, de nuestros jamones serranos y cuyes regordos”, apunta Nelio, el cocinero más antiguo de este rincón del sabor del callejón de conchucos.

¿Dónde? Av. Av. Héroes del Cenepa Mz F Lte 6, Trapiche, Comas.

 

La historia de este restaurante tiene su génesis en los anticuchos. Doña Feliciana Gutiérrez, dueña y cocinera del huarique con nombre de atolón, siempre supo que tenía un don en las manos, por eso hace algunos lustros decidió abrir una anticuchería que armaba colas pero no dejaba mucho en la alcancía. 

 

Es así que decide invertir el poco dinero que le dejó la estafa de CLAE y junto a su esposo e hijo decide guardar la parrilla y comprar mesas y sillas de madera, cambiar el piso de piedra  deteriorado y estrenar cartel: cebichería y marisquería El Arrecife.

 

Y así, poco a poco, conocieron a los proveedores de pescados y mariscos más frescos del cono norte e implementaron en su cocina el concepto aún no muy difundido de “pesca del día”. Así, desde hace años ofrecen cebiches, tiraditos, escabeches, sudados y tortillas con peces como el perico, la cabrilla o la tradicional cojinova.

 

El plato que no puede dejar de pedirse es su cebiche campeón (dados de cojinova, cebolla arequipeña, limón del norte y ají mocherito), y el tacu tacu con lomo o cecina (prueba de sus coqueteos con la comida amazónica). Los precios son económicos y se siente el cariñito de casa.

¿Dónde? Av. El maestro peruano 570, Carabayllo, Comas.